Michael Lewis es uno de los escritores de no ficción más célebres en los EEUU. Trabajó en Salomon Brothers como vendedor de bonos hasta que decidió convertirse en un periodista y escritor financiero, y entre sus libros se encuentran grandes éxitos traducidos al español como el que fue el primero y con el que empezó su exitosa carrera de escritor, El póquer del mentiroso ; La gran apuesta , sobre el crash inmobiliario y del mercado de bonos de los últimos años, y mi favorito, Boomerang: Viajes al nuevo tercer mundo europeo , en el que nos pega un buen repaso a los europeos como responsables de nuestra crisis económica.
Flash Boys: A Wall Street Revolt es su último libro y ha llegado a estar el nº 1 en todas las listas de los más vendidos de no ficción de su país. El libro podría dividirse mentalmente en dos partes, la primera, fascinante y muy entretenida, que comienza con un capítulo que roza la ciencia ficción de como se construyó una linea de cable de fibra óptica lo más directamente posible entre el mercado de futuros de Chicago y los mercados de Nueva York con el objetivo de ganar tres milisegundos de tiempo en las operaciones, y a la que el Nóbel Krugman hacía mención en uno de sus famosos artículos con el título Tres milisegundos muy caros. Comienza así un libro que puede indignar a muchos lectores y los más críticos con ingenierías financieras y demás artimañas para ganar dinero.
La gran acusación que realiza Lewis es el que el trading de alta frecuencia (HFT) no una manera avanzada de ganar dinero en los mercados, sino que es pura y llanamente una manipulación de éstos, haciendo variar el precio de los activos de manera artificial al detectar movimientos de compra o venta y distribuyendo las órdenes de compra o venta entre distintos mercados de manera que no se busca el beneficio del inversor, embolsándose así un mínimo beneficio por acción pero ingente en grandes y numerosas operaciones.
Pero es con el subtítulo del libro, «A Wall Street Revolt» y en el intento de erigir a Brad Kutsuyama y sus compañeros en fundar una nueva plataforma de trading como héroes, Robin Hoods de nuestro tiempo, cuando Lewis pincha en hueso. Pretende mitificar unos personajes cuyas vidas y descripciones no son tan interesantes como el autor quiere hacernos creer ni cuyas motivaciones llegan a emocionar al lector.
En resumen, un libro apasionante al principio, que se mantiene bien durante la primera mitad, pero algo mejorable en su segunda mitad en la que tras la denuncia y explicación se aborda como unos idealistas pretenden crear un mercado más justo y protegido. Aún así, como todo lo que escribe Michael Lewis, francamente recomendable.
Puntuación: 3’5/5.
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