Es posible que Malcolm Gladwell sea el escritor de divulgación o de libros de no ficción más célebre de los últimos años, y si hubiera que definir el tema que impregna casi toda su obra es el del éxito: sus orígenes, influencias, y su relación con la psicología, que tan magistralmente aborda en casi todos sus libros, partiendo siempre de la base de que el mundo no funciona tal y como pensamos. Quizá el mejor ejemplo de ello sea Fuera de serie, para el que escribe su mejor libro. En el primero, La clave del éxito: The Tipping Point , abordaba que hace a un producto o una tendencia ser un éxito, mientras que en Blink: Inteligencia Intuitiva defendía que la primera impresión suele ser más acertada de lo que tendemos a pensar.
En este David y Goliat no se aleja demasiado de esta obsesión por el éxito en sus muy variadas vertientes defendiendo una idea sencilla y a la vez transgresora: tus desventajas pueden ser tus virtudes si sabes como usarlas y a qué es lo que te enfrentas. El relato bíblico que da nombre al libro en el que el débil vence al fuerte ocurrió en una región en la que eso no parece suceder desde hace décadas. Pero es que Goliat además de fuerte era lento, veía mal, cargaba mucho peso, y David rápido ágil y contaba con el factor sorpresa de no seguir las reglas que Goliat esperaba, las de una lucha cuerpo a cuerpo. Gladwell defiende en su libro que lo aparentemente improbable solo lo es así, en las apariencias, y que existen ventajas que el underdog o menos favorecido puede o debe aprovechar para poder enfrentarse al «poderoso».
En la primera parte, «las ventajas de las desventajas», explica ejemplos cercanos a la historia bíblica tan variados como un equipo infantil de baloncesto femenino o la relación entre el número de estudiantes en una clase y el aprendizaje de éstos. En el tercer capítulo aborda uno de los aspectos discutidos en el libro que resultan más interesantes: la relación estudiada en los EEUU entre la probabilidad de que un estudiante termine una licenciatura en ciencias (programas «STEM», por science, technology, engineering, y medicine) en una universidad americana aumenta un 2% por cada disminución de 10 puntos en la puntuación media del SAT (examen de acceso) de esa universidad, lo que relata con el ejemplo de la exitosa estudiante que acude a la Brown University pero se ve superada por un entorno tan competitivo y brillante. Conclusión: es mejor ser de los listos de un sitio normal que de los menos listos en un sitio brillante.
En la segunda y tercera parte del libro es cuando probablemente se atreve a llevar sus conclusiones muy lejos: nos cuenta el ejemplo de un muy exitoso abogado relacionando su éxito con la dislexia que se le diagnósticó de niño y que le hizo enfrentarse al estudio y al trabajo con mayor ahínco. Une este caso con el hecho de que la pérdida de un progenitor supone en la forja del carácter, volviendo a citar el éxito como más frecuente entre aquellos que perdieron un padre de niño, y con el estado anímico que producían los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial, que fue contrario al esperado por las autoridades: los que no eran dañados por las bombas salían más fortalecidos y animados que antes de sufrir el asedio aéreo. Son estos ejemplos, algunos unipersonales y otros cuidadosamente elegidos, los que hacen que el autor sea en algunos círculos vilipendiado, a veces con un magnífico sentido del humor como en esta página que provocará la carcajada de los que conozcan su obra: http://www.malcolmgladwellbookgenerator.com/ .
Pero no se puede negar que Gladwell escribe con una capacidad de convencimiento en sus ideas que cautiva y para con la que ser crítico hay que hacer un pequeño esfuerzo de no dejarse fascinar por esa mirada del mundo analítica, inteligente, aunque algunas veces un poquito tramposa y que con un poquito de cinismo podría resumir la tesis de este libro en el castizo «lo que no te mata te hace más fuerte».
Muy ameno. 3’5 / 5.
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