Recomendamos hoy un muy buen libro de no ficción, en este caso de desarrollo personal o autoayuda (que diferente suenan y como se parecen) con un muy buen título. Su autor es Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo, y uno de los conferenciantes españoles más prestigiosos y demandados. No se trata de uno de esos libros enfocados a la acción o al cambio a través de la acción, si no que nos invita a reflexionar sobre diversos aspectos de nuestra vida de una manera humanista y sosegada.
La humildad simplemente nos dice que solo tenemos acceso a un punto de vista y no a la realidad en su conjunto, y menos a la que contempla otra persona, y que, por tanto, si queremos conectar y comprender, necesitamos preguntar y escuchar. Es de esta manera como podemos recibir nuevas perspectivas, nuevos descubrimientos y sorprendentes aprendizajes.
En su primera parte, El camino del héroe, el autor aborda el concepto de estrés desde una perspectiva evolucionista y desengranándolo a través del método que Socrates enseñaba a sus discípulos, a través de preguntas cuyas respuestas nos permiten aprender a gestionar ese estrés de una manera sana. Habría un estrés sano o eustrés, con cuya activación nos volvemos más eficaces, y un distrés que es una forma de prolongación del primero y que además de no aportarnos nada nuevo puede perjudicar nuestra salud. El origen de este distrés es variado: puede ser nuestra dificultad para decir «no» a algo o alguien, la ausencia de unas prioridades personales o del alineamiento con nuestros valores. El miedo a la incertidumbre y la aversión a la pérdida son otras de nuestras configuraciones mentales de serie que nos hacen ser lo que somos y nos impiden aspirar a lo que podríamos ser.
…lo que hace que una persona cambie no es lo que le decimos, sino lo que ella descubre.
La segunda parte, El encuentro, se centra en las relaciones y la comunicación interpersonal. En cualquier intercambio entre dos personas se ponen en juego elementos más complejos de los que vemos a primera vista, la forma de ver una situación o el marco de referencia suelen ser diferentes, el tono de voz puede ser además más importante que el contenido. El libro es brillante en su capacidad de hacernos reflexionar sobre esos gestos o detalles de los otros que nos incordian, ofenden o molestan y que seguramente se repiten como un espejo. Preguntar puede ser mucho más útil que argumentar. Tendemos a emitir juicios sobre lo que nos sucede o nos hacen en lugar de ser capaces de centrarnos en hechos concretos.
El autor nos avisa de que todos somos vulnerables a tres venenos: el primero es la culpa, que tiende a paralizar al que la siente. Otro es la desesperanza, propia de las personas negativas y que roban la energía. El tercero es la humillación, que puede fácilmente hacernos creer que no valemos o que no estamos a la altura. Una emoción y acción a la vez que puede sonar a tópico pero que ha demostrado eficacia como tratamiento coadyuvante para el dolor no es otro que la risa.
…lo que creemos se convierte en lo que creamos.
Se trata de un libro bastante inspirador escrito en un tono humanista y profundo, pero fácil de leer, con abundantes ejemplos y con un lenguaje que cala dentro y que no da prisa por vivir pero si por hacerlo mucho mejor.
Puntuación: 4/5.
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Vivir es un asunto urgente